Javier Duarte atravesó la primera etapa de sus cien días de gobierno, y su ritmo frenético encuentra aliados dispares al interior del gabinete.
En otras palabras: el periodo de adaptación de muchos de sus secretarios ya feneció sin que puedan ofrecer resultados eficaces y ayuden a la consecución de las metas anunciadas en la toma de protesta.
Una primera evaluación de los titulares de las dependencias integraría tres clases de secretarios según su desempeño: Eficientes, Cumplidores e Inoperantes.
Los parámetros de la evaluación, por supuesto complejos, serían reducidos al mínimo: control de la dependencia a su cargo, desempeño mediático y apoyo al programa de los cien primeros días de gobierno.
En el primer grupo, los Eficientes, tendríamos que señalar a los titulares de Medio Ambiente, Desarrollo Social y DIF.
En el segundo, a la mayoría de los integrantes del gabinetazo que han tomado el “toro por los cuernos” pero por circunstancias ajenas o propias no levantan el vuelo. Me refiero a los titulares de Gobierno, Finanzas, Educación Pública, Comunicación Social y Economía.
Y, por supuesto, quedan los que nada más no dan una, y tienen muy pocas apariciones públicas debido a que apenas se empapan de los temas de la dependencia, como ocurre en la Contraloría, Desarrollo Rural, Comunicaciones, Seguridad Pública, Procuración de Justicia y Turismo. Empecemos por estos últimos.
La gran decepción del gabinetazo, sin duda, es el Gral. López Esquer, al que nos vendieron como un superpolicía, pero que en realidad es una copia borrosa del agente 86, de las series de tv: un funcionario negado para los reflectores y que la mayoría de las veces termina cometiendo ridículos bochornosos, con sus famosas frases...”aquí no pasa nada, son hechos aislados”...
El contralor Iván López, que aunque tiene pose de “supremo inquisidor”, es la hora que no hay un informe certero de las irregularidades cometidas por la administración de Alí babá Herrera, y ni siquiera un análisis global de los errores en la entrega-recepción.
Mucho menos se han iniciado procedimientos administrativos, aunque en su defensa podría alegarse que se ha dedicado a armar expedientes de persecución que en su momento podrían ser utilizados.
En el caso de Erick Porres Blessa no es sencillo el paso de empresario a funcionario público: mientras en la iniciativa privada se tiene el control de los proyectos, en el gobierno se encuentra sometido a los tiempos de la burocracia. Además, enfrenta un gran recorte presupuestal.
Guillermo Herrera, no ha programado un solo evento de responsabilidad de Comunicaciones. Ni uno solo. O es una figura decorativa o esta inventando el hilo negro . Y ya para terminar: nadie conoce el nombre del titular de Desarrollo Rural, pero todo Veracruz sabe que su intento de programa de trabajo resultó un fracaso estrepitoso por inservible.
El caso de los secretarios Cumplidores, cómo decíamos, presenta luces y sombras. Tomas Ruíz, por ejemplo, ha puesto al servicio de Veracruz sus excelentes relaciones nacionales.
Pero se le cuentan dos errores importantes: la pésima imagen de crédito, que se tiene ante la evaluación hecha por las transnacionales, y que no ha podido minimizar. Eso, y que no ha podido terminar de solucionar los pendientes de pagos, y las promesas se alargan de que ahora sí se cobrará en la quincena.
La Secretaria de Turismo Leticia Perlasca, todavía no presenta un diagnóstico sobre el estado de la calidad Turística en la entidad, ya que de viaje en viaje a Europa, y gastando millones en Promover, lo que No llegó a Tlacotalpan, ni ha Tajín....turismo europeo.... Además, se cuenta que tiene una de las dependencias más desorganizadas porque trajo un montón de recomendados que todavía no se ubican. A Perlasca, dicen, le falta reducir de su agenda los actos protocolarios y sumar horas de trabajo en escritorio.
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